Esto nos hace contestarle a nuestros padres de una manera grosera sin
tomar en cuenta que eso hiere sus sentimientos, y ellos ya heridos, comienzan a decir cosas que en verdad no piensan y comienzan a ofender a sus hijos de las peores maneras.
Los hijos optan por alejarse de sus padres y esto lo que hace es tensar más la relación y exponer más al hijo a caer en cualquier tipo de conflicto. Hay hijos que confían más en un primo(a), en un amigo (a), en un tío(a), en un hermano(a), en un novio(a), en un conocido(a) antes que en sus padres, gracias a la distanciada relación que tienen con ellos. Lo que está mal, porque a nadie le duele más un hijo que a sus padres, por esto ellos dan las sugerencias más sanas razonables y bien intencionadas en el mundo.
Si tus padres no te dan permiso para salir, si te quitan el teléfono, si quieren que salgas bien en el colegio, si no quieren que tengas un mal vocabulario, si te enseñan a respetar, si te llaman la atención por la postura, no lo hacen por mal o por fastidiarte; sino lo hacen por ti para que el día de mañana seas un persona de bien, exitosa, decente y educada.
Los hijos en esta etapa de su vida quieren hacer sus cosas solos, estar todo el tiempo con sus amigos, salir, experimentar y conocer, por ello los padres se preocupan excesivamente por nosotros, comienzan a cuestionar la crianza que ellos nos dieron, comienzan a preguntarse si los valores están bien inculcados, y si hemos aprendido a vivir en base a ellos. Entran en la desesperación; todo esto para evitar que algo nos pase, dicha preocupación los lleva a tomar medidas que a los hijos no les agradan ni un poco. Es bueno que los padres no sean tan permisivos, desinteresados ni ausentes; pero esto no quiere decir que esta bien que algunos padres no confían ni un poco en sus hijos, ni en la crianza que ellos les dieron a estos.
Lo que les sugiero a todos los chicos (as) es que traten de comprender a sus padres y que entiendan que nosotros somos su tesoro más grande y que si algo nos pasara ellos no podrían perdonarse jamás; los invito a que habrán el diálogo con sus padres, sigan el camino de la comunicación y eviten a toda costa que sus corazones se alejen unos de los otros. Me parece que es hora de comenzar a ver a nuestros padres como el equipo, y no como el enemigo, si les molesta algo deben hablar con sus padres de inmediato, no esperar a que este asunto los haga explotar; así podrán decirlo con sus mejores palabras y no con sus peores insultos.
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